Esta Comisión hará un padrón de los desempleados y desempleadas existentes en cada municipio y en el estado y, mantendrá una información coordinada con las otras comisiones para acabar con la improductividad que prevalece en nuestra patria.
Es obvio que en el establecimiento de estos centros de trabajo se tomarán en cuenta las necesidades regionales y municipales, para lo cual nos podemos coordinar estrechamente con distintos municipios.
Un proyecto consiste en apoyar al trabajador que no cuente con los elementos necesarios de su especialidad. Y que se establezca en cada estado y municipio la Comisión Estatal y Municipal contra el Desempleo.
Que en cada colonia, barrio y comunidad, se haga un comité de desempleados, el que plantee proyectos productivos y de servicios para conseguir la creación de pequeñas empresas.
Luchar por el establecimiento de los talleres Nacionales, Estatales y Municipales de Oficios, Artes y Artesanías, porque se diversifiquen esos talleres en distintas comunidades y barrios, como una fórmula para activar a nuestros expertos desocupados. Este planteamiento consiste en establecer Talleres bien equipados, con recursos de herramienta suficientes de Carpintería, Herrería, Alfarería y Tapicería. Taller de Ajustador que cuente con Fresadoras, Cepillos, Taladros de banco y radiales, Tornos paralelos y revólveres. Que cuente con equipo para realizar trabajos de hojalatería tradicional, domestica, industrial y automotriz con servicio de repintado. Equipado con taller de Talabartería y de Zapatero. Deberá contar con un Estudio adecuado para pintura artística. etc. etc. Estos talleres pueden rentar el equipo a desocupados o a gente que le caigan chambas y no tenga herramienta y sitio para hacer el trabajo encargado.
Y que en estos Talleres Municipales se afilie el desocupado o quien ocupe el apoyo.
En estos sitios se deberá apoyar al trabajador que tenga algún oficio, al técnico, al artista, al artesano; desempleado o no. Es decir, a todo aquel que no cuenta con herramienta ni espacios adecuados para realizar sus trabajos.
Concientizar al pueblo, en el sentido que el progreso no radica en los celulares, en los autos, la pavimentación de calles, en las lavadoras, etc.; sino en el consumo alimenticio adecuado, en la salubridad, en la educación, en la seguridad y en el equitativo impartimiento de la justicia.
El cooperativismo es el mejor recurso para combatir la crisis y la miseria
El cooperativismo es la solución por excelencia, ante la crisis actual y, a decir verdad, siempre ha resuelto satisfactoriamente las necesidades de los pueblos. Este sistema de propiedad social, ha demostrado su eficacia en Quebec del Canadá Católico Francés, en Europa y aquí mismo en México con ejemplos como la refresquera Pascual entre otras cooperativas que son un éxito: autobuses rojos de Colima, Cementera Cruz Azul. Igual que varias cooperativas pesqueras que reditúan beneficios notables a sus socios y, también está el modelo de Cuquío, Jalisco, donde se han organizado cooperativas de producción. Una de ellas empezó con 150 pesos de cada uno de sus miembros y en la actualidad cotizan en la bolsa de Chicago. Es por eso que debemos reflexionar, en que esa es la mejor solución, no solo a la crisis actual, sino en general como medio de solución a la pobreza.
El cooperativismo aparte de ser la mejor, es tal vez la única y más eficaz solución para salir adelante. En realidad para combatir la pobreza que hay en la nación, no podemos aventurarnos, si lo hacemos, coreemos el riesgo de dañar todavía más al país. Es como la caza mayor, si le pegas el tiro a un rinoceronte en el lugar inapropiado, es muy posible que te mate o te dé un buen susto, ya que arremeterá contra ti con todo lo que tiene. El ejemplo es para daese cuebta , que tenemos un enemigo peligrosísimo que se llama miseria, si le disparamos con balas de salva o lo picamos con armas convencionales, no lograremos destruirla y, sí en cambio, conseguiremos aumentarla. Y eso es exactamente lo que han hecho las recetas neoliberales: simplemente aumentar nuestras desgracias. Las que saltan a la vista, sencillamente con nuestro derruido sistema de salud (por dar un ejemplo), el que ya ha enterrado a varias víctimas de la Influenza, por el simple motivo de que no tenemos un sistema eficaz para combatirla. La prueba es que los enfermos en otras partes del mundo se recuperan. Mientras que México es donde más se mueren. Por ese motivo el cooperativismo, el que viene siendo una bala certera en la cabeza del monstruo empobrecedor neoliberal. Hay que crear los marcos adecuados para el desarrollo de las cooperativas de producción de servicios y de consumo. A la voz de ¡ya!
Hacerlo así, redundará en la creación de este tipo de alternativas productivas y de servicios entre todas y todos los mexicanos que quieran incorporarse a la vida productiva, como genuinos propietarios de sus centros de trabajo, consumo y servicios (según sea el caso).
Sin duda las cooperativas les permitirán ingresos más dignos, lo que repercutirá (como un efecto multiplicador) en la elevación de su capacidad de consumo y esto activará la economía regional y nacional.
Una vez resuelto el problema productivo a través del cooperativismo, lo demás viene por añadidura. Pues la producción, los servicios y el consumo en manos de la misma gente, crecerán geométricamente y podrán alcanzar, de esa manera, la espiral de crecimiento de la miseria, logrando someterla y superarla finalmente.
En cambio estarle apostando a los dólares devaluados, al dinero falso español (bonos como el que nos quiere introducir la Repsol), lo mismo que a cadenas de saqueo como Wall-Mart y demás transnacionales, como única forma de generar empleo, es hasta traición al país.
Nosotros no necesitamos inversión extranjera, lo que ocupamos es unidad nacional en torno a un plan Patriótico de producción y de trabajo y, listo.
El subempleo crece cada día más en México por los bajos salarios y el desempleo
Se necesita apoyar al cooperativismo, pero también, a las pequeñas empresas familiares
Existe una necesidad urgente de empleo productivo y, este, no se genera con trabajo temporal como el que se inventa a través de la obra pública (sobre todo las de relumbrón). Debe quedar claro que la gente que vivimos en las distintas ciudades y pueblos de México, no comemos cemento. Necesitamos empleo, pero sobre todo, de uno que sea generado por la organización de un nuevo y genuino movimiento cooperativista, que nada tiene que ver con el viejo y corrupto cooperativismo impulsado por el PRI y los priistas, ese, que tanto desprestigio le han dado a esa forma de trabajar. Se trata de estudiar y reproducir, con las modificaciones necesarias, el admirable cooperativismo de Quebec, del español y del europeo en general.
Son miles de cooperativas organizadas por el PSOE (Partido Socialista Obrero Español) y por el viejo PCI (Partido Comunista Italiano, ahora Partido Democrático de la Izquierda). Que ahora van a la baja electoral pero las cooperativas siguen ahí.
El pueblo necesita comer, educarse y tener salud. Y es un hecho que la pobreza limita esos servicios, pero eso no se resuelve solamente con inversión empresarial, sino más eficazmente, con la organización de pequeñas empresas familiares y con las cooperativas.
Veamos el ejemplo de Tonalá, Jalisco; de Quiroga, Michoacán; de Moroleón, Guanajuato; de Zapotlanejo, Jal. de Cuquío, Jal. etc.
El caso de Tonalá, es sorprendente, ya que en unos cuantos años se desarrolló en todos los aspectos, lo mismo le pasó a Zapotlanejo y a Moroleón. El caso de Cuquío también es asombroso, trabajo que le toco desarrollar al padre Nacho Virgen (partidario de la Teología de la Liberación), gran impulsor del cooperativismo en Jalisco.
Varios de los bancos extranjeros que ahora operan en México. En sus países de origen que son Inglaterra y España, primero empezaron como cooperativas.
Ahí está la clave del desarrollo, en que muchos trabajen y sean dueños de sus propios medios de producción.
Eso es lo que ha pasado en todas las poblaciones que se menciono . Ahí cada casa es un taller, todo mundo está sobre la producción y la comercialización de sus productos.
Por eso no hay fugas, quedándose todo el producto de su trabajo con ellos y en sus pueblos, lo que se nota en su prosperidad individual y la de sus ciudades.
Esto es lo que se llama en economía, efecto multiplicador, ya que cuando mucha gente trabaja y gana en un nivel de dignidad, todos traen dinero y gastan y con esto se beneficia el de la tienda de la esquina, el que vende ropa, el que tiene una ferretería, el que tiene vacas lecheras, cerdos, etc.
En cambio no puede haber prosperidad en un pueblo donde la mayoría vive en los límites de la miseria, con una incapacidad pavorosa de compra